FRASES DE GARCILASO DE LA VEGA: AMOR Y REFLEXIONES.

GARCILASO DE LA VEGA.

Las frases de Garcilaso de la Vega son lindas y profundas, son de amor y reflexión. A veces un poco confusas porque hemos olvidado el español antiguo; pero no deja de capturar nuestra imaginación y nuestro corazón. Nació entre 1498 y 1503 en Toledo y partió el 14 de octubre de 1536 en Niza, Ducado de Saboya. Si quieres saber más de este gran poeta español lee esto: Gracilaso de la Vega.
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FRASES DE GARCILASO: AMOR 1.

De tus rubios cabellos, ¿dónde, ingrata mía, hizo el Amor la cuerda para el homicida?
En este amor no entré por desvarío, ni lo traté, como otros, con engaños, ni fue por elección de mi albedrío
Estoy continuo en lágrimas bañado, rompiendo el aire siempre con sospiros; y más me duele el no osar deciros que he llegado por vos a tal estado.

¿Dó están agora esos claros ojos que llevaban tras sí, como colgada, mi alma doquier que ellos se volvían?


En tanto que de rosa y azucena se muestra el color de vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto enciende el corazón y lo refrena.

Estoy muriendo, y aun la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas; que no hay, sin ti, el vivir para que sea.
Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero.

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MÁS FRASES DE AMOR.

Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma mismo os quiero.
Ella en mi corazón metió la mano, y de allí me llevó mi dulce prenda: que aquel era su nido y su morada.
Libre mi alma de su estrecha roca, por el Estigio lago conducida, celebrando t’irá, y aquel sonido hará parar las aguas del olvido.

Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
Cuanto del largo cielo se desea, cuanto sobre la tierra se procura, todo se halla en vos de parte a parte.

Nadie puede ser dichoso, señora, ni desdichado, sino que os haya mirado.
Dentro de mi alma fue de mí engendrado un dulce amor, y de mi sentimiento tan aprobado fue su nacimiento como de un solo hijo deseado.
Vuelve y revuelve amor mi pensamiento, hiere y enciende el alma temerosa, y en llanto y en ceniza me deshago.Hasta que aquella eterna noche oscura me cierre aquestos ojos que te vieron, dejándome con otros que te vean.
Que o no podréis de lástima escucharme, o convertido en agua aquí llorando, podréis allá despacio consolarme.


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FRASES DE GARCILASO: REFLEXIONES 1.

Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
No me podrán quitar el dolorido sentir, si ya primero no me quitan el sentido.
¿Qué culpa tengo yo del desvarío de mi lengua, si estoy en tanto mal, que el sufrimiento ya me desconoce?
Más a las veces son mejor oídos el puro ingenio y lengua casi muda, testigos limpios de ánimo inocente, que la curiosidad del elocuente.


No me aprovecha verme cual me veo, o muy aventurado o muy medroso, en tanta confusión que nunca oso fiar el mal de mí que lo poseo.
¡Oh cuánto bien se acaba en solo un día! ¡Oh cuántas esperanzas lleva el viento!

Mas yo haré que aquesta ofensa cara le cueste al ofensor, ya que estoy sano, libre, desesperado y ofendido.
Del sueño, si hay alguno, aquella parte sola, que es imagen de la muerte, se aviene con el alma fatigada.
Pensando que el camino iba derecho, vine a parar en tanta desventura, que imaginar no puedo, aún con locura, algo de que esté un rato satisfecho.
¿Por qué no ablandará mi trabajosa vida, en miseria y lágrimas pasada, un corazón conmigo endurecido?

FRASES DE GARCILASO: REFLEXIONES 2.

Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.
Un rato se levanta mi esperanza: mas, cansada de haberse levantado, torna a caer, que deja, mal mi grado, libre el lugar a la desconfianza.


Mas la fortuna, de mi mal no harta, me aflige, y de un trabajo en otro lleva; ya de la patria, ya del bien me aparta; ya mi paciencia en mil maneras prueba.
Aqueste es de los hombres el oficio: tentar el mal, y si es malo el suceso, pedir con humildad perdón del vicio.
Aquel que fue la causa de tal daño, a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol que con lágrimas regaba.
El mal es que me quedan los cuidados en salvo de estos acontecimientos, que son duros, y tienen fundamentos en todos mis sentidos bien echados.

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