FEDERICO GARCÍA LORCA: FRASES DE AMOR Y REFLEXIONES.

FEDERICO GARCÍA LORCA: FRASES DE AMOR.

La mujer no ha nacido para que se la comprenda, sino para que se la ame.
Hoy en mi corazón hay un vago temblor de estrellas y todas las rosas son tan blancas como mi dolor.
El amor es el beso en el tranquilo nido mientras las hojas tiemblan, reflejadas en el agua.
¿Cuál es el rincón más lejano? Porque es donde quiero estar, solo con lo único que amo.
Siempre has sido lista. Has visto lo malo de las gentes a cien leguas… Pero los hijos son los hijos. Ahora estás ciega.

Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera, que no me importa la gente, ni el veneno que nos echan.
Pero apresúrate, entrelazámonos como uno solo, con la boca rota, nuestra alma mordida por el amor, para que el tiempo nos descubra destruidos sin peligro.
¡Ay qué sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay minuto del día que estar contigo no quiera, porque me arrastras y voy, y me dices que me vuelva y te sigo por el aire como una brizna de hierba.
Cuando me voy de tu lado siento un despego grande y así como un nudo en la garganta.

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FEDERICO GARCÍA LORCA: REFLEXIONES.

La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.
La suerte viene a quien menos la aguarda.
La soledad es la gran talladora del espíritu.
Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.
La vida es la risa en medio de un rosario de la muerte.
Aquellos que temen a la muerte, la llevarán sobre sus hombros.

El día que dejemos de resistir nuestros instintos, habremos aprendido cómo vivir.
Quemar con el deseo y guardar silencio al respecto es el mayor castigo que podemos aplicarnos.

Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar.
Los dos elementos que el viajero captura por primera vez en la gran ciudad son la arquitectura humana y el ritmo furioso. Geometría y angustia.
Si te contara toda la historia, nunca terminaría… Lo que me sucedió a mí le ha sucedido a mil mujeres.

Sólo el misterio nos permite vivir, solo el misterio.
Incluso el dinero, que brilla mucho, escupe a veces.
Muerte, muerte cruel, deja una rama verde por amor.
Nada turba los siglos pasados. No podemos arrancar un suspiro de lo viejo.
¡Qué trabajo nos cuesta traspasar los umbrales de todas las puertas!
A nuestros ojos, los caminos son infinitos. Dos son encrucijadas de la sombra.
A menudo me he perdido a mí mismo para encontrar la quemadura que mantiene todo despierto.

La única cosa que la vida me ha enseñado, es que la mayoría de las personas pasan sus vidas embotelladas dentro de sus casas haciendo las cosas que odian.
En España, los muertos están más vivos que los muertos de cualquier otro país en el mundo.
He llegado a la línea donde cesa la nostalgia y la gota de llanto se transforma alabastro de espíritu.
Los árboles que cantan se tronchan y se secan. Y se tornan llanuras las montañas serenas. Mas la canción del agua es una cosa eterna.
Sé que no hay un camino recto. No hay un camino recto en este mundo. Solo un laberinto gigante de cruces e intersecciones.

FEDERICO GARCÍA LORCA: REFLEXIONES 2.

A quien le dices el secreto le das tu libertad.
Mi poesía es un juego. Mi vida es un juego. Pero yo no soy un juego.
No soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja, sino un pulso herido que presiente el más allá.
Cada paso que damos en la tierra nos lleva a un mundo nuevo.
En el corazón de todo gran arte hay una melancolía esencial.
Comprende un solo día por completo, para que puedas amar cada noche.

El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.

La luna, como una gran ventana de vidriera que se rompe en el océano.
Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad…
A menudo me he perdido en el mar, con las orejas llenas de flores recién cortadas, la lengua llena de amor y agonía.
Mira a la derecha y a la izquierda del tiempo, y que tu corazón aprenda a estar tranquilo.
Hay cosas encerradas dentro de los muros que, si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo.
Siempre estaré del lado de aquellos que no tienen nada y que ni siquiera pueden disfrutar de nada de lo que tienen en paz.Adán y Eva. La serpiente rompió el espejo en mil pedazos, y la manzana era su roca.
Un poeta debe ser un profesor de los cinco sentidos y debe abrir puertas entre ellos.

Las ancianas pueden ver a través de las paredes.
El que quiere arañar la luna, se arañará el corazón.
La traducción destroza el espíritu del idioma.
Tener un hijo no es tener un ramo de rosas.

FEDERICO GARCÍA LORCA: REFLEXIONES 3.

El fuego es alimentado por el fuego. La misma pequeña llama destruye dos tallos de trigo a la vez.
La nieve está cayendo en el campo desierto de mi vida, y mis esperanzas, que deambulan lejos, tienen miedo de congelarse o perderse.
Pero yo no soy yo. Ni mi casa es ya mi casa. Porque ahora ya no soy yo, ni mi casa es más mi casa.

Dios mío, he venido con las semillas de las preguntas. Las planté y nunca florecieron.
No hay nada más poético y terrible que la batalla de los rascacielos con los cielos que los cubren.
El poema, la canción, la imagen, son solo agua extraída del pozo de la gente, y se les debe devolver en una copa de belleza para que puedan beber, y comprendan ellos mismos.

El artista, y particularmente el poeta, es siempre un anarquista en el mejor sentido de la palabra. Solo debe prestar atención al llamado que surge dentro de él desde tres fuertes voces: la voz de la muerte, con todo su presentimiento, la voz del amor y la voz del arte.
Así como la vegetación liviana e ingrávida del salitre flota sobre las viejas paredes de las casas tan pronto como el dueño se descuida, la vocación literaria brota en usted.
El teatro tiene que imponerse al público, y no al público en el teatro … La palabra «Arte» debe escribirse en todas partes, en el auditorio y en los camerinos, antes de que la palabra «Negocios» se escriba allí.

Siempre seré feliz si me dejan solo en ese delicioso y desconocido rincón tan alejado, aparte de luchas, putrefacciones y tonterías; el último rincón de azúcar y pan tostado, donde las sirenas atrapan las ramas de los sauces y el corazón se abre con la nitidez de una flauta.

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